A muchas personas les encanta conducir. Coger su coche por la mañana y lanzarse a un viaje de varias horas no les parece ningún trabajo, disfrutan al volante de un coche, y la verdad es que para los amantes de la conducción tener un coche entre sus manos es lo mejor, pero hay que reconocer que a los riesgos que conlleva salir a la carretera hay que añadirle que contaminan bastante, por lo que se nos recomienda que lo usemos lo menos posible.
El medioambiente es muy importante y no podemos dejarlo de lado, por eso aquellos que se dedican a fabricar coches se han dado cuenta de la importancia de que no contaminen y decidieron fabricar uno que ayudar al medioambiente. Así nació el coche eléctrico.
Este coche produce menos CO2, por lo tanto contamina menos, también al tener motor eléctrico se reduce el ruido, y si cargamos las baterías con ayuda de energías renovables, también respetaremos el medioambiente, y hay que tener en cuenta que las baterías ayudan a recuperar energía en las frenadas, por lo tanto parece que todo son beneficios.
¿Todo? Por desgracia no todo. Lo primero el precio, sale aún bastante caro, no todo el mundo se lo puede permitir, luego está la autonomía del coche, para andar por el pueblo bien, pero para sacarlo a la carretera nos quedaríamos tirados en seguida y luego que todavía hay pocas gasolineras en las que se pueda «repostar» o más bien cargar, la batería de estos coches.
¿Buena idea y ecológico? Si, pero aún hay que trabajarlo un poco más.